Cuando Cheetah Chrome y Johnny Blitz se distanciaron en común acuerdo con David Thomas de los Rockets from the tombs, decidieron llevar a los Dead Boys no sólo su actitud sino algunas canciones de su autoría, luego convertidos en himnos del punk neoyorquino.
Influenciados por el sonido de los Stooges desde siempre decidieron dejar su Cleveland para instalarse en una Nueva York que hervía de nuevos sonidos y que concentraba su furia en el CBGB.
Sobran las palabras para describir la música del debut de estos desalmados del rock, con un Stiv Bators en su plenitud escénica y que engloba en el mensaje el más puro rechazo a lo establecido, donde el no future más agresivo se sale de cauce y deja joyas como Sonic Reducer, What love is, Ain´t nothin´ to do...
Un clásico de la historia del rock.
No hay comentarios:
Publicar un comentario