Si el azar hizo conocer de manera insólita a Jimmy Tamborello (Dntel) y Ben Gibbard (Death Cab For Cutie), más sorprendente es que ambos crearan uno de los principales discos de esta década a través del correo convencional. Y que tiene de diferente Give up a los demás? Simplemente la cohesión perfecta entre el hombre y la máquina, es la banda sonora de un futuro que no podríamos predecir, sin estridencias ni golpes de efecto, casi susurrando sobre sonidos electrónicos convertidos en melodía.
Las refe-ve-rencias a viejos videojuegos no implican que esta joyita atemporal mire hacia adelante y nunca deje lugar al aburrimiento, mientras esperamos como ansiadamente lo hace Sub Pop -es su disco más vendido después de Nirvana- que en el trayecto Seattle-Los Ángeles se estén gestando cosas interesantes.
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