Cuarenta y tres años pasaron de la grabación de esta revolucionaria obra de arte, y sin temor a decirlo, la más influyente dentro de la música desde los años sesenta a la actualidad, provocadora en todo sentido, desde su portada, pasando por la música, las letras y el entorno que rodeaba a la banda.
Intentaron -y lo lograron- desnudar una parte de la historia del arte norteamericano hablando por vez primera del sexo y las drogas en todas sus dimensiones. El universo sonoro y poético del dúo Cale-Reed, le dió a la Factory la banda de sonido que pudiera ambientar su locura, pero son las generaciones posteriores las que irán descubriendo de a poco los signos escondidos de este clásico.
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