El sexteto galés tributa todas sus influencias en estas nueve canciones y sale más que bien parado.
El sonido hipnótico de las guitarras psicodélicas nunca pierde vigencia y aqui están los de Swansea para demostrarlo, los muros de sonido están impregnados de My Bloody Valentine, Jesus and the Mary Chain y Spaceman 3 -Pete Kember produjo este trabajo- con pulsaciones de aperturas electrónicas y susurrando el canto sobre un rock espacial, que tiene como fuerza principal la capacidad de arrastrar al oyente en su atmósfera hasta el final, en canciones que tienen en su mayoría una duración más allá de lo convencional.
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